La ley de la expectativa (o el Efecto Pigmalión)

La ley de la expectativa se basa en el hecho de que obtenemos siempre aquello que esperamos. No lo que deseamos, sino lo que esperamos.

El Doctor Robert Rosenthal, de la Universidad Harvard, realizó un gran número de experimentos sobre esta teoría y descubrió que las expectativas tienen un efecto sobre otras personas, acontecimientos y circunstancias, incluso si estas proceden de una información totalmente falsa.

En uno de sus experimentos, en un colegio de la zona de la Bahía de San Francisco, al principio del año escolar, pidió al director que llamara a tres profesores. Se les dijo que habían sido seleccionados como los tres mejores profesores del colegio. A cada uno se le asignaron 30 alumnos, los más inteligentes del colegio, en base a pruebas de coeficiente de inteligencia realizadas a final de trimestre anterior. Tendrían la oportunidad de enseñar a estos alumnos durante un año pero no podían decir nada ni a los alumnos ni a sus padres y debían seguir enseñando del mismo modo y las clases serían vigiladas para que esto fuese así.

Al final del año académico, las tres clases escogidas iban a la cabeza, no solo del colegio sino de todo del distrito escolar. Entonces se volvió a reunir a los profesores para decirles la verdad. Los chicos habían sido seleccionados al azar. Ellos pensaron entonces que los buenos resultados se debían a que eran los mejores profesores. Pero se les dijo que ellos también habían sido seleccionados al azar. Todo era igual que en el curso anterior, lo único que cambiaba era lo que creían los profesores, lo que esperaban, sus expectativas.

Este experimento demuestra lo importante que puede llegar a ser lo que uno espera de los demás. Uno de los aspectos donde más influye este factor es con respecto a los padres. Tendemos a subir o bajar nuestro nivel de excelencia a la medida de lo que ellos esperan de nosotros. Si esperan que tengamos éxito haremos lo posible por alcanzarlo, si esperan que fracasemos tenderemos a justificar nuestras derrotas. 

Pero también nos afectan las expectativas de nuestro jefe o nuestro socio, las de nuestra pareja, etc. Las opiniones de cualquier persona por la que sentimos respeto nos afectan profundamente. Por ello, espera siempre cosas buenas de los demás y diles cuanto crees en ellos.

Por último, son muy importantes las expectativas en cuanto a uno mismo. Espera siempre lo mejor de ti mismo. Las personas de éxito desarrollan una actitud de confianza en que les sucedan cosas buenas, una actitud de ganador. Por ello prueba a salir cada mañana con la expectativa de que te van a ocurrir cosas maravillosas y te sorprenderás de lo que te puede deparar cada día.

Información procedente del Seminario Phoenix sobre La Psicología del éxito, de Bryan Tracy.

Foto de Kamaji Ogino en Pexels

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10 comentarios en “La ley de la expectativa (o el Efecto Pigmalión)”

  1. Como siempre María, muy bueno tu post. Ciertamente a veces nos dejamos llevar por nuestras «espectativas» y eso afecta al resultado final. Una de las cosas que más me alucinó cuando empecé a conocer a gente de éxito conocida mundialmente es que trataban a todo el mundo como a iguales, dando por hecho que todos pueden tener éxito y triunfar. Me encantó romper el mito del «millonario distante y engreído» y comprendí por qué tienen tanto éxito. No solo se rodean de gente exitosa, sino que «Crean» gente exitosa a su alrededor al confiar en las posibilidades de los demás.
    Gracias de nuevo por inspirarnos María.

    1. Muchas gracias por tu comentario Enrique. Como siempre, aumentas y enriqueces el significado de lo que escribo. Ciertamente, creo que la gente de éxito lo es por como trata a los demás y por como logran maximizar su potencial. Por cierto, ya sabes que tengo grandes expectativas puestas en ti. 😉

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