¿Eres comercial, networker, trabajas cara al público, vendes un producto o servicio o tienes tu propio negocio? Si es así, seguramente te interese tener en cuenta tres conceptos fundamentales a la hora de tratar con personas, ya sean clientes actuales, posibles clientes, socios o compañeros de trabajo.
En la mayoría de los casos, conseguir un nuevo cliente o mantener un cliente existente, no depende tanto de los precios u ofertas y a veces ni siquiera de los detalles del producto o servicio. Claro que estos son elementos importantes pero en la mayoría de los casos, un cliente elige algo o a alguien, porque le transmite confianza. ¿Y cómo puedes ganarte esa confianza? Cambiar estos tres conceptos podría ser un buen comienzo:
- Prospecta antes de hacer clientes: No me malinterpretes, la palabra “cliente” no tienen nada de malo. Pero convendría que cambies el concepto, que dejes de ver a las personas como si llevaran un cheque en la frente y te des la oportunidad de crear una relación con ellas que va más allá de lo puramente comercial. Los negocios se hacen entre personas y crear la relación con ellas es una parte imprescindible de los mismos. El ver a los posibles clientes como prospectos no es más que eso, conocerles para saber qué es lo que buscan y de ese modo poder servirles mejor y eso nos llevará finalmente a que se conviertan en clientes.
- Escucha en lugar de hablar: Si hablas y hablas de las bondades de tu producto o servicio sin parar, está claro que dejarás dicho todo lo que se supone que debías decir. Pero eso no te garantiza que la otra persona te haya entendido y ni siquiera que te haya escuchado con atención. Y si no le interesaba tu mensaje, ten por seguro que no conseguirás ese cliente. Si en lugar de eso, le haces preguntas y te paras a escuchar sinceramente, encontrarás el punto que le interese o le preocupe y ahí es donde podrás informarle sobre algo que sí va a escuchar.
- Aconseja en lugar de convencer: Solo piensa por un momento, cómo reaccionaste la última vez que alguien trató de convencerte de algo. Seguramente te pusiste a la defensiva, y más si trataban de venderte algo. La reacción más lógica es protegerse y tratar de no ser convencido. Créeme, no quieres provocar esa reacción. En lugar de eso, ¿Por qué no pruebas a tratar a esa persona como si fuese tu mejor amigo y le das el consejo que le darías a él? A un amigo siempre le aconsejarás sinceramente aquello que crees que le conviene más. Si lo haces así, la persona que tienes delante lo notará y te ganarás su confianza.
Si ya tienes en cuenta estos tres factores a la hora de tratar con otros en tu trabajo, enhorabuena. Si aún no lo haces, es el momento de comenzar. Y yo me atrevería a decir que es una técnica aplicable a cualquier relación entre personas, independientemente de si esta es laboral o no. ¿Te atreves a aplicarla también en el ámbito personal? Cuéntame tu punto de vista dejando un comentando abajo.
Imágenes: Melvin Gaal, licencia CC // Pexels
TE FELICITO, MY INTERESANTE Y CERTERO EL ARTICULO. TAMBIEN UN DESARROLLO MUY PROFESIONAL DE TU BLOG, MUY CLARO.
Muchas gracias Mario. Me alegro de que te guste. Espero seguir aportándote valor en los próximos artículos. ¡Un saludo!
Reblogueó esto en Indalonetworky comentado:
Tres consejos imprescindibles a la hora de tratar con tus socios o clientes:
Perfecto no hay nada como crear una necesidad , con confianza